Siempre me pregunto cómo estarán las cosas en el lugar del que vengo, los vecinos habrán plantado nuevas flores? Las calles al fin estarán pavimentadas? El árbol del frente de la casa de mamá estará más alto? El cuarto que solía ser mío tendrá un nuevo uso? Seguirá esa mancha de humedad en el baño?
En estos tres años han cambiado tantas cosas en mi vida, que me da nostalgia y un poco de miedo tener que volver a Uruguay y darme cuenta de que todo sigue en su lugar. Todo sigue casi exactamente igual a cuando me fui. La mayoría de la gente sigue actuando igual, preocupándose por los mismos problemas, quejándose de las mismas cosas. Viviendo de la misma manera.
Asusta.
Asusta porque cuando pienso en Ciudad de la costa pienso en el 142 costanera que muchas veces me dejaba tirada los fines de semana. Pienso en la casa de mi madre llena de amigos en mis cumpleaños, pienso en mis hermanos gritándose, pienso en las tardes tomando té con mamá mientras Vivaldi está arriba mío. Pienso en Tracy. Pienso en mis amigos y todas las cosas que ya no conozco de ellos. Pienso en las hijas de mi amiga y en lo mucho que han crecido.
Pienso, pienso mucho y la verdad no sé cómo vaya a reaccionar cuando por fin vuelva y esta vez no lo haga sola.
