martes, 21 de noviembre de 2017

Querido universo

Querido universo:

Estoy hasta las pelotas con tus indirectas. No entiendo lo que me querés decir. Por lo visto, querido universo ni vos sabés lo que me querés decir. Ponerme en situaciones complicadas en momentos inapropiados cuando yo quiero avanzar y vos decidís que es buena idea meterlo ahí, en la mitad de mi camino ¿para qué? ¿con qué necesidad?
¿Es que acaso es divertido para vos verme llorar? ¿Acaso te divierte que me esté haciendo preguntas durante toda la noche?
Querido universo, si tiene que ser para mí, que sea de una puta vez. Ya está ya lo entiendo, tus señales son claras para mí. Claramente algo pasa... ¿pero qué? ¿Por qué empeñarse en esta persona?
Querido universo o me la haces corta y fácil o renuncio a vos... Ya sé que no puedo renunciar a vos...
Pero por favor, querido universo, dejá de hacermela tan dificil. O dejame avanzar o llevame al lugar en el que debo estar.
Por favor, querido universo, ayudame.
¿Saben? Me gusta pensar que todo pasa por algo. Que el universo es perfecto y que todo pasa en un momento y bajo unas sircunstancias determinadas basadas en tus acciones.
Hoy me pasó una de esas cosas en las que no sabes que hacer, te falta el aire, queres salir corriendo, no sabes donde meterte, no sabes si llorar, reírte, cantar o gritar. No sabes si queres estar enojado o no. 

Me gusta pensar que el universo nos madna señales, sean para bien o para mal. Me gusta pensar que el universo nos advierte, nos da un empujoncito y nos dice "dale, cagón, hacé algo, esto no es casualidad." Me gusta pensar que las casualidades no existen. Que todo pasa por algo. 
Hace un tiempo empecé a salir con un hombre, nos conocimos bajo una situación peculiar y terminamos saliendo a pasear, charlando y besándonos. Luego me contó que tenía cuarenta años. Casi veinte más que yo... 
Estábamos sentados en el auto, me miró y me dijo "Te tengo que decir algo y de tu reacción depende si nos vamos a seguir viendo o no." Me quedé helada. Lo miré y esperé que dijera las palabras mágicas estilo; estoy casado, soy viudo o tengo cancer. Porque uno siempre espera cosas radicales. Uno no espera que alguien le diga "tengo cuarenta años, pero parezco de treinta" y entonces yo tuve la reacción más chistosa del mundo: Me empecé a reír como una loca... 
"Dale boludo, no podés tener cuarenta" me mostró su cédula... efectivamente tiene cuarenta años. Quedo completamente en shock y no sé si bajarme del auto y correr hasta mi casa  y luego irme del país o si quedarme y que me chupe todo un huevo. Decido quedarme, y no estoy muy segura de por qué. Me lleva a casa y me pregunta si quiero salir con él mañana. Le digo que tengo la tarde libre. Quedamos de vernos en la tarde del día siguiente.

Hoy es el día siguiente, acordamos que me pase a buscar por una principal en Montevideo, cerca de tres cruces, me sugiere que me tome un ómnibus que va por Av. Italia, le digo que no, que prefiero uno que va todo por Rivera. La realidad es que no quiero caminar ocho cuadras pudiendo caminar dos para tomar el que va por Rivera... Llego a la parada y el ómnibus pasa casi diez minutos más tarde. Voy todo el camino pensando en por qué le dije que sí a este pibe, bueno mejor dicho hombre... 
Pienso en que todas las personas llegan a mi vida (y a la vida de todos) por alguna razón, que si yo decidí estar en ese ómnibus a esa hora es por algo. Si el ómnibus decidió salir más tarde es por algo. Entonces estoy a quince minutos de bajarme del ómnibus porque ya estoy cerca de mi punto de encuentro. Entonces voy muy metida en mi mundo, suena una canción aleatoria en Spotify y no puedo cambiarla porque soy tan rata que no pagué el premium... no le doy mucha bola a la canción y miro por la ventana es entonces cuando lo veo. El pelo más largo, igual de lindo y no me ve. Rezo con todas mis fuerzas para que no se suba a mi ómnibus. El ómnibus va lleno, esstoy sentada del lado de la ventana y entonces veo que se sube. ¿Acaso no odiabas viajar en ómnibus? Lo veo pasar su tarjeta por la máquina y lo estoy mirando fijamente cuando me ve. Este hombre con el que tanto compartí me ve. La gente comienza a bajar del ómnibus en la siguiente parada y yo subo el volumen de la música y empiezo a cantar mentalmente, quizás hasta muevo un poco los labios y todo. Tremendo acting. Parezco una loca. No me importa. Me mira. Suspira. Miro por la ventana cuando pasa por mi lado. No sé que hacer. Quiero correr, llorar, gritar, ir a buscarlo y comerle la boca. 
Intento subir más la música y no puedo porque no sube más. Lo sigo sintiendo y sé que todavía no se bajó. Genial, un par de paradas más y listo. Miro de reojo el pasillo lleno de gente y decido que la mejor opción es bajar por adelante ( que hay prácticamente la misma cantidad de gente que en el fondo...) 
Entonces entre uno y otro "permiso" y un "perdón" me bajo del ómnubus con los nervios y rezándole al universo y todos los dioses del mundo mundial que no se baje en el mismo lugar que yo. Camino rápido por las dudas de que haya bajado por atrás. 
Cruzo la calle, el otro semásforo cambia y vuelvo a cruzazr para la otra esquina. Me quedo esperando a este hombre de cuarenta años. Estoy histérica y me río sola. Este pibe no entinde nada. Me subo al auto y suena twenty one pilots. Me quiero morir.

El universo tiene una forma muy particular de decirnos cosas, yo no sé que carajo me quiso decir hoy con todo esto. Quizás no me quiso decir nada a mí, sino más bien a él...
Me beso con este señor, me río sola, le cuento que tengo un día especial y se ríe conmigo. No me pregunta, se muere de ganas de saber pero sabe que no le voy a contar. Vamos a cenar a Burguer King, charlamos de todo un poco. Vuelvo a casa y nadie entiende lo que me pasa. Yo no entiendo lo que me pasa. Yo no entiendo al universo y el universo no me deja entenderlo. 
Doy por hecho que no fue casualidad, porque deseo con todas mis ganas que no haya sido casualidad. 

No te quiero olvidar.

No quiero olvidarme de esas noches juntos.
No quiero olvidarme de las risas cómplices.
No quiero olvidarme de las guiñadas.
No quiero olvidarme de esos besos en cámara lenta.
No quiero olvidarme de esas miradas.
No quiero olvidarme de la sonrisa de costado.
No quiero olvidarme del "¿Qué?" cada vez que te miraba por mucho rato.
No quiero olvidarme de las mañanas despertando juntos.
No quiero olvidarme de los abrazos... mierda los abrazos.
No quiero olvidarme de las charlas a las dos de la madrugada.
No quiero olvidarme de las noches de verano con la ventana abierta.
No quiero olvidarme de las incontables charlas.
No quiero olvidarme de las charlas, por favor no dejen que me olvide de las charlas.
No quiero olvidarme de las caricias.
No quiero olvidarme de la sensación de alegría en la panza, el corazón y el pecho.
No quiero olvidarme de tus lentes de sol.
No quiero olvidarme de tu "odio" por los adornos de navidad.
No quiero olvidarme de tus inseguridades.
No quiero olvidarme de tu risa.
No quiero olvidarme de tus cachetes regordetes.
No quiero olvidarme de la complicidad que solo nosotros teníamos.
No quiero olvidarme de tu odio por el verano.
No quiero. 

No quiero olvidarme de nada de esto.
No quiero olvidarme de vos. 
No me dejen olvidarme de vos. 


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Te odio. Te odio por como sos.
Te odio porque me hiciste quererte
Te odio porque sonreís chistoso
Te odio porque me guiñas el ojo mientras cenamos.
Te odio porque roncas cuando dormís
Te odio porque me abrazas
Te odio porque me querés
Te odio porque me acaricias
Te odio porque te fuiste
Te odio porque ya no te tengo
Te odio porque no puedo tenerte
Te odio porque querías lo mejor para mí y aún así te fuiste
Te odio porque te extraño
Te odio porque quiero odiarte y solo logro extrañarte
Es horrible ¿Sabes? A veces la mente tiene un poder de hacerte sentir tan desamparado, tan solo. Anhelando momentos, reviviendo recuerdos felices una y otra y otra vez. Recordándote que esos momentos ya no existen, que ya no viven. Que ya no están.
Y lo sabemos, sabemos que fuimos felices, que fuimos mar y arena y que ahora ya no somos nada.

jueves, 17 de agosto de 2017

No sentir nada

Hablemos de ese punto en nuestra vida en el cual nos lastima algo tanto, tan fuerte que ya dejamos de sentir. Como si nada te importara.
La vida es pérdida. Perdemos todo el tiempo, perdemos las llaves del apartamento, perdemos ese examen importante, perdemos la oportunidad de invitarlo a salir, perdemos la vida. Y perdemos. Perdemos por completo. La vida, no acepta segundos lugares, una vez que perdes  ya no hay marcha atrás. Y es ahí cuando dejas de sentir. Como si te congelaran en ese instante preciso en el que comenzaste a sentir dolor. Las pérdidas no son fáciles. Las pérdidas  pueden ser letales. De nosotros depende si nos damos por vencidos o no.

martes, 8 de agosto de 2017

Hablemos de sensaciones lindas


Hablemos de sensaciones lindas. Por ejemplo ese hermoso momento en el que te sentas al sol contra una pared en un día fresco. Cerras los ojos y el sol te da justo de frente. Sentís como todo tu cuerpo comienza a calentarse poco a poco, te hace cosquillas. Y eso es hermoso. Es calor del bueno, de ese tipo de calor que aunque estés teniendo un mal día te lo mejora, el tipo de calor que te hace pensar en cosas lindas, en recuerdos, en experiencias, en momentos felices. Esa sonrisa, esas risas con tus amigos a la madrugada, o incluso esas cosquillas que te hacía tu madre de chica y que tanto odiabas y tanto amabas al mismo tiempo.
Hablemos de sensaciones lindas, de esas que te apapachan el corazón y te reconfortan el alma. No importa que tan triste estés, que tan cansada o que tan agobiada. Ese tipo de sensaciones son sanadoras. Hablemos de sensaciones lindas, de sentarse al sol contra la pared.

Vení, sentate, hay lugar frente al sol. 

miércoles, 26 de julio de 2017

Todo esto. Y punto.


Llevo meses intentando comprender el motivo por el cual te fuiste, por el cual volviste y por el cual me dejaste decirte adiós. Era magia, vos, yo.. éramos magia. Te pregunté que era lo que llegamos a tener meses atrás y respondiste que había sido «una estrella fugaz». Mágica, veloz, y que si no alcanzas a verla a tiempo te la perdes.
Y a mí me perdiste.
Yo no te perdí, yo alcancé a verte a tiempo, lo dije, te lo dije. Vos me viste pero cerraste los ojos tan fuerte para desear no enamorarte que desaparecí y no me volviste a ver. Ambos desaparecimos. Pero una noche, casi por arte de magia —gracioso, ahora que lo pienso— volviste en forma de escusa. Escusa que recibí encantada, porque la hiciste brillar, no como una estrella, sino más bien como una moneda de chocolate. Y vamos, ¿quién no ama el chocolate? Entonces ahí estabas vos, una vez más brillando ante mis ojos… ¿pero yo brillaba ante los tuyos? ¿acaso yo era lo suficientemente buena para vos? Dijiste que no había cosa de mí que no te gustara, y puedo entenderlo, soy inteligente, soy linda y hasta puedo ser graciosa cuando me lo propongo. Soy honesta. Lo de nosotros era magia. Magia y nada más que magia. Probablemente yo era —y sigo siendo, incluso muchas veces más que la suma de todas esas cualidades— todo eso.
Juntos éramos todo eso.
Llevo meses intentando comprender qué fue lo que pasó, por un momento ya no estás más, creo haberte superado, sigo adelante. Salgo, conozco a un chico, comenzamos una relación, me doy cuenta de que no siento magia, pido perdón y me voy. No es hasta ese momento, en el que me doy la vuelta para mirar atrás y darme cuenta de que ahora soy yo la fugaz, cerramos los ojos y ya no estoy.
Vos tampoco ya no estás acá, hace tiempo. Pero te extraño, te extraño y a veces siento la tentación de escribirte, de comenzar este ciclo vicioso una vez más, me ves, te veo, cerras los ojos y ya no estás. Ya no estoy. Y ya no estamos.
Fugaz.
Lo nuestro era magia, eso lo sabés bien. Pobre de ti, cagón.
Pobre de mí, tonta enamoradiza.

El problema no es querer, el problema es que no te quieran. Y peor aún, que no se animen a quererte. 

lunes, 22 de mayo de 2017

Que fácil que te vas - me dijiste. Y me dejaste ir, así fácil. Que fácil me dejaste ir.

El universo

A veces pienso que el universo se caga de risa en mi cara. Como esa vez en la que estaba realmente enojada con él y decidí agarrar mis cosas e irme de esa casa. Y cuando me encontraba bastante lejos descubrí que no tenía mi billetera. Ahí estaba el universo riéndose de mí, una vez más teniendo razón. Diciéndome <<Ceci, no lo pierdas, volvé, solucionalo. Dale una oportunidad de que pueda ser mejor>> 
Y el universo es sabio, quizás necesitemos escucharlo más de vez en cuando y dejar que se ría en nuestra cara, para finalmente poder reírnos con él. 

lunes, 3 de abril de 2017

Creemos que el amor es algo complicado, difícil y que no es algo que todos puedan soportar. Eso es mentira. El amor es fácil, querer a alguien no se trata de ser incondicional por siempre, querer a alguien es desearle lo mejor, querer a alguien es tomar su mano cuando tiene miedo, querer a alguien es proteger cuando se siente solo, querer a alguien es abrazar. Los abrazos son amor. Querer a alguien es escuchar, hablar, pasar tiempo juntos.
Vivimos en un mundo en el que todo el tiempo nos están haciendo creer que el amor es inalcanzable, único, increíble y está bien, lo entiendo, entiendo que tengamos ese ideal de "amor perfecto", pero yo aquí y ahora quiero decirles a todos ustedes, manga de románticos empedernidos, que el "amor perfecto" no existe. Solo existe amar. Y para amar hay que sentir. Es así de sencillo.

#1

La noche estaba oscura, pocas luces llegaban hasta donde nos encontrábamos. La luna nos brindaba la poca la luz con la que nos manteníamos mirándonos a los ojos. Fue en ese momento cuando lo supe, incluso con dos cervezas arriba. Él estaba ahí, no para guiarme en la oscuridad, sino para acompañarme.
-El amor se trata de eso - dijo - se trata de acompañar, de caminar al lado

Entonces comprendí que quería caminar a su lado, sin importar que tan lejos nos llevara, sin importar si llovía, sí hacía calor o si la tarde estaba fresca. Quería estar a su lado.

sábado, 4 de marzo de 2017

Migrañas

No pude aguantar ni un segundo más en pie, había subido las escaleras corriendo, eran diez malditos escalones que me habían logrado dar un terrible dolor de cabeza, no aguanté más y caí rendida sobre mi cama.

Estaba sobre una manta, sentada sola y al parecer esperaba a alguien. Hasta que él apareció, traía una hoja, algo había escrita en ella, pero al parecer él no quería dármela, quizás no era para mí. Me levanté e intenté caminar hacia él, pero se fue alejando de a poco. Tomé una bocanada de aire y reaccioné, yo podía hablar.
-¿Me tenes miedo? –Entonces pude verlo reírse, esta vez no estaba sonriendo, él se reía, era gracioso verlo y no poder oírlo, pero al mismo tiempo me hacía preguntarme por qué pasaba todo esto. Fue en ese instante cuando una piedra cayó sobre mi pie, estaba envuelta en una hoja de papel. La tomé y la leí.
“Creí que eras vos la que tenías miedo, Clarissa”
No comprendí en absoluto su punto de vista ¿por qué debería temerle? ¿Era malo? Intenté acercarme nuevamente pero él volvió a retroceder, y en parte lo agradecí. Quizás no estaba muy segura de qué hacía él siempre en mi sueños, quizás era una clase de hombre malo, aunque su cara era parecida a la de un ángel, un bronceado y hermoso ángel.
-¿Debería tenerte miedo? ¿Quién sos? –él no contestó nada, me senté nuevamente sobre la manta, mis piernas me dolían bastante y ese hombre estaba justo frente de mi haciendo aparecer y desaparecer pequeñas hojas de papel. Me lanzó otra piedra y leí el siguiente mensaje.
“¿Le tienes miedo a los fantasmas?”


Me desperté sobresaltada, giré porque sentí la presencia del alguien. 

Inés y Alex.

No está lloviendo, no estamos en medio de una calle ruidosa y no estamos rodeados de gente. Estamos en el medio de la vereda de una calle poco concurrida, a solas y el cielo está espectacular. Quiero besarlo, quiero besarlo demasiado. Y sé que él quiere, pero no me animo a acercarme y solamente darle un beso ¿Por qué nos complicamos tanto la cabeza con cosas que son tan sencillas? Si queres besarlo, hacelo, por Dios Inés.  ¿Por qué inventamos problemas donde no hay ningún problema? Entonces sucede. Nos miramos fijamente y sabemos que ese momento es únicamente para nosotros y nos acercamos y nos besamos. Es tierno, es cálido y es delicado. Mierda, hacía tanto tiempo que nadie me besaba de esa forma, me siento volar alto y fuera  de este mundo. Casi podría asegurar que estamos en una burbuja y no quiero salir de acá nunca.  Acaricia mi cara ¿qué clase de persona que conoces en una aplicación de citas hace eso? Alex, únicamente Alex. Y mientras intento entender apenas un poquito de lo que está pasando sus labios se separan de los míos y me sonríe y le sonrío de vuelta y sé en ese momento que tenemos algo especial y que no pienso dejarlo ir. 

Ya ni me acuerdo como se hacía esto